Sin descanso nada más disputarse las autonómicas y municipales, los líderes tienen la mirada puesta ya en las elecciones generales que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió por sorpresa adelantar al día siguiente del varapalo sufrido por los socialistas el 28-M.
Unos comicios en un escenario aún fragmentado, pero que se plantea como un gran duelo al estilo de los años del bipartidismo, entre PSOE y PP, entre Sánchez y Feijóo.
En el Gobierno la estrategia es señalar la dependencia del PP con Vox y en subrayar lo conseguido en política social y económica. Los populares acusan al presidente de haberse podemizado.