En Ucrania, la tragedia es diaria, por una guerra que no tiene visos de acabar pronto y que acumula decenas de miles de muertos. Nuestra compañera Laura de Chiclana ha estado en uno de los puestos de urgencias donde estabilizan, en primera instancia, a los soldados ucranianos que llegan heridos del frente.
De Chiclana asegura que el goteo de los heridos es incesante. El objetivo de los médicos, en hospitales de campaña montados en casas escondidas, es que los soldados no fallezcan. "Aquí no hacemos tratamientos, simplemente les atendemos para que puedan ir con vida al hospital", explica Aleksander, uno de los comandantes y cirujanos en la zona del Donbás.
Las lesiones más habituales son traumatismos por las explosiones y heridas en las extremidades. "La mayor alegría es resucitarlos cuando llegan clínicamente muertos", subraya Aleksander. Una vez estabilizados, son traslados al hospital. Allí, algunos pueden permanecer durante meses antes de regresar al campo de batalla.