Esta semana empiezan las obras para a instalar en la vía ferrea de Angrois, en Santiago, el sistema de seguridad que reclamaban las familias del accidente de tren que costó la vida a 80 personas hace ya diez años. Si hubiera existido entonces, sus familiares no habrían muerto.
El portavoz de la plataforma de víctimas del accidente del Alvia, Jesús Domínguez, afirmaba en el juicio para determinar responsabilidades penales y civiles por lo ocurrido en julio de 2013 en Angrois (Santiago) que el hecho de "que te pidan perdón y se reconozcan los hechos --en referencia al maquinista que llevaba el tren aquel día-- repara a cualquiera".
Lo comentaba tras las preguntas de uno de los dos abogados que ejercen la defensa del maquinista Francisco Garzón, que, junto al exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte, está procesado por las 80 muertes y los 140 heridos que ocasionó la tragedia, sucedida hace ya casi 10 años.
De este modo, Domínguez, con una cabeza visible y entre los miembros más activos de la asociación que se movilizó desde un principio por que se conociera "la verdad", ponía el foco en las eventuales responsabilidades de Adif, el administrador de infraestructuras ferroviarias.