Trágico suceso en un campo de tiro de Canovelles, Barcelona. Un joven, de 19 años, que había intentado ser militar profesional, mató a tiros a un hombre, encargado de esa instalación. Tras el crimen, emprendió una larga huida asaltando dos vehículos, el ultimo con dos mujeres a las que mantuvo como rehenes hasta ser detenido el domingo en Murcia.
Los Mossos d’Esquadra investigan por qué este joven, socio del local y cliente habitual, disparó a Jordi, que regentaba el club, hasta cinco veces. El hombre, herrero de profesión, dejó hace cuatro años su oficio para dedicarse al club, que tiene más de mil socios, asegura Pedro, socio.
Se desconoce por el momento que pudo pasar entre la víctima y su presunto verdugo, un joven que intentó ser militar y que esa tarde, mientras practicaba, según testigos, tenía un comportamiento algo extraño.
Tras cometer el asesinato emprendió una huida de casi 12 horas, de casi 600 kilómetros. El arrestado salió del local, paró el coche de una mujer y a punta de pistola le obligó a llevarle hasta Pedralbes, Barcelona.
Una vez allí, en un autolavado, repitió la maniobra: encañonó a las dos jóvenes ocupantes de un vehículo y les ordenó ir a Murcia, donde las abandonó. Estas dieron aviso a la Policía Nacional, que le detuvo a las pocas horas.
En el momento del arresto, los agentes le intervinieron dos armas, una pistola y un revolver. Con una de ellas acabó con la vida de Jordi.