Siria y Turquía siguen haciendo frente a las consecuencias devastadoras del terremoto de hace 13 días. El domingo es el primer día sin supervivientes ya. Cuando están a punto de cumplirse dos semanas del terremoto, se da por finalizada la operación de rescate. Los esfuerzos han continuado hasta medianoche, cuando se han apagado las últimas señales de vida. El balance deja de momento más de 46 000 víctimas mortales, aunque la cifra podría duplicarse.
Samir Muhamed condujo el sábado a los equipos hasta su mujer y su hijo de 12 años. Fueron los últimos rescatados con vida. Lamentablemente, el pequeño murió en el traslado al hospital.
Un día después, el domingo se ha dado por finalizada la búsqueda de supervivientes. El objetivo es ahora recuperar los cuerpos bajo las ruinas para entregarlos a las familias.
Casi dos semanas después del temblor, las imágenes nos siguen sobrecogiendo: hay más de 46 000 víctimas mortales, más de 400 000 evacuados y 350 000 edificios destruidos solo en Turquía. Y por delante quedan meses de trabajo para la reconstrucción.
En el noroeste de Siria, la zona bajo control rebelde, hay además una oscuridad informativa. Entre los más afectados están los pequeños. “Desgraciadamente el terremoto, pues, ha impactado desproporcionadamente a la infancia”, destaca Carmen Monclús, portavoz de Unicef.
Cientos de niños se han quedado completamente solos. El rastreo para encontrar familiares o quien pueda acogerles ya ha comenzado: “Incluso los niños que hayan podido perder a su papá, a su mamá… hay que buscar otras alternativas. Ver quién más en la familia está, quién está en una situación de poderles acoger”.
Es urgente reconstruir las escuelas afectadas, una de cada diez. En la Siria rebelde viven cuatro millones y medio de personas, la práctica totalidad dependían ya antes del terremoto de la ayuda internacional. Esta semana se han abierto dos nuevos pasos fronterizos. Se suman al que ya había para hacer llegar los cargamentos humanitarios. Estarán en funcionamiento los próximos tres meses.