Las sanciones a los productos petrolíferos rusos podrían provocar un encarecimiento de los combustibles
Las sanciones de la UE al diésel ruso podrían acarrear un encarecimiento en los próximos días
La UE y el G7 acuerdan con terceros países que seguirán comprando a Moscú un tope de 100 dólares por barril
El ministro de Energía ruso ha asegurado que no ve motivos para disminuir la producción
El suministro de gasóleo en España está "asegurado" a pesar de que desde este mismo domingo los Estados miembro de la Unión Europea (UE) han dejado de comprar diésel a Rusia en el marco de las sanciones impuestas al país presidido por Vladimir Putin debido a la invasión de Ucrania. Sin embargo, en cuanto al impacto de esta medida en el precio del gasoil, los expertos apuntan que dependerá de cómo se equilibren la oferta y la demanda y de cómo evolucione la cotización internacional propia de este carburante.
Fuentes de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) reconocen que "muchos analistas" resaltan que la ausencia del gasóleo ruso "supondrá un aumento de la cotización internacional del diésel" porque el país es uno de los principales exportadores de crudo y de gasóleo ya refinado. A ello se une que hay "muchos países" que tienen una gran dependencia del gasóleo ruso.
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Sanciones de la UE, el G7 y Australia
En paralelo a las sanciones que los países occidentales aplican en sus propios territorios, la UE, el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) y Australia han establecido otras medidas que buscan golpear al sector energético ruso también en el mercado global.
Desde el pasado mes de diciembre, ese bloque de aliados de Ucrania aplica un tope de 60 dólares por barril al precio al que sus navieras pueden transportar crudo ruso a terceros países.
Esos países acaban de cerrar las negociaciones para establecer otro máximo al transporte de diésel y otros derivados petrolíferos rusos, fijados en 100 dólares y 45 dólares, respectivamente.
"Esto permitiría que los productos refinados rusos (y especialmente el diésel) fluyan a terceros países si se venden por debajo del tope. Esto limitará los ingresos rusos y evitará la estrechez del mercado. Por lo tanto, también ayudará a abordar la inflación y mantener estables los costos de la energía, como ocurre con el petróleo crudo", aseguró el portavoz de Energía de la Comisión Europea, Tim McPhie.
Moscú no ve motivos para reducir su producción
El ministro de Energía de Rusia, Nikolái Shulguínov, ha afirmado que, de momento, no ve "fundamentos para considerar que disminuirán bruscamente el refinado y la producción de derivados del petróleo".
Además, ha asegurado que las autoridades rusas tampoco piensan modificar el plan de reparaciones de las refinerías del país debido al embargo comunitario, adoptado en el marco de las sanciones a Rusia por su "campaña militar" en Ucrania.
"Todo lo que se refiere a las reparaciones se programa con antelación, incluido los suministros de repuestos, por lo que por ahora no planeamos cambios", señaló Shulguínov.
En 2022, Moscú produjo 276 millones toneladas de derivados de crudo, un 3,5% menos que el año anterior, según la agencia federal rusa de estadísticas, Rosstat. En particular, la producción de gasolina aumentó en un 3,6% y fue de 42,3 millones de toneladas, mientras que la de diésel creció un 5,4% y totalizó 84,7 millones de toneladas.