La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha anunciado este sábado "ceses inminentes" tanto en Renfe como en Adif para "asumir las responsabilidades" del error en las dimensiones de los trenes de Cercanías en varias comunidades autónomas, especialmente en Cantabria y Asturias. Asimismo, ha encargado una auditoría interna para conocer con todo detalle qué es lo que pasó.
Sánchez ha aseverado que se van a tomar "todas las acciones" para acortar el retraso en la entrega y espera que el diseño de los trenes esté listo para el verano y que se pueda iniciar su fabricación "de manera inmediata". En declaraciones a los medios de comunicación durante una visita al Ayuntamiento del municipio cántabro de Castro Urdiales, la ministra ha pedido disculpas a los ciudadanos.
El origen del problema se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico, destinados a renovar la flota de la red de cercanías y media distancia, principalmente en el norte del país.
En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error de cálculo en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe.
El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes serían el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.
Aunque ninguna de las partes ha confirmado el plazo de tiempo que conllevará solventar este problema, se estima que la construcción de los trenes que todavía no se han podido fabricar se demora en torno a tres años, y todavía falta arreglar algunos trámites para que la solución pactada pueda llevarse a cabo.
Además de los trenes de Cercanías de Cantabria y Asturias, también están afectadas otras cuatro comunidades: País Vasco, Galicia, Castilla y León y Murcia.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, le ha pedido a Raquel Sánchez que esta "chapuza" tenga "algún responsable" porque "no es presentable que una cosa se licite en 2019 y nos enteremos ahora que el ancho de los trenes no coincidía con el de los túneles". A preguntas de la prensa, Revilla ha explicado que llevaba llamando a la ministra desde el jueves "pero no se ponía" y él estaba "bastante enfadado".
Revilla espera que la ministra sea "clara y contundente y que nos diga cómo es posible que en un país como España, pionera en el mundo en la construcción de infraestructuras, aparezca un error de este calibre, donde todavía no sabemos si el responsable es Adif, Renfe..., pero la ministra es la jefa de esos organismos y tendrá que aclararlo".
Tras subrayar que "hacer un tren es más sencillo que hacer túneles o vías férreas", Revilla ha reclamado a Sánchez que "sobre todo" dé a Cantabria "unos plazos razonables aunque el tiempo perdido es irrecuperable".
Por otra parte, el mandatario del Principado, Adrián Barbón, ha mostrado en Oviedo su "rotundo malestar" tras la "chapuza" que va a provocar un retraso de tres años en la entrega de 15 nuevos trenes para Asturias.
"Revilla dijo que estoy que trino y es verdad", ha afirmado Barbón, recordando que los Cercanías son "un factor clave" para la región y que es un problema que "viene de atrás" puesto que los trenes "estaban comprometidos desde 2020".