El futbolista Dani Alves continúa ingresado en el centro penitenciario Brians 2 por presuntamente haber violado a una joven de 23 años en los baños de una discoteca de Barcelona el pasado 30 de diciembre. Según el informe policial, las huellas de la víctima en el inodoro demostrarían su posición durante la agresión sexual.
Tras dar varias versiones, el brasileño ha defendido en su última declaración que mintió "por miedo a confesar la infidelidad" a su mujer, Joana Sanz. De momento, los indicios que está manejando la justicia apuntan a que no fue un encuentro consentido.
Durante este fin de semana, el jugador podría recibir la visita de algunos familiares. No obstante, su nuevo abogado, Cristóbal Martell, ha reconocido que Alves no quiere que su madre vaya a verle a prisión puesto que se siente "avergonzado".
Martell se reunió este viernes con el futbolista durante dos horas para explicarle cuál va a ser el recorrido judicial que le espera, una hoja de ruta que pasa por presentar antes de este próximo martes, 31 de enero, en el juzgado el recurso de apelación que ya tienen redactado y con el que quieren conseguir su libertad condicional.
Para ello, aceptarían medidas cautelares como la retirada del pasaporte, la obligación de personarse cada 15 días en un juzgado y también, como última opción, barajarían la posibilidad de llevar una pulsera telemática como garantía de que no pretende fugarse del país.
En todo caso, el de Bahía seguirá encarcelado hasta mediados de febrero, como mínimo, mientras no se resuelva el recurso.