Muchas de las víctimas que están conmocionadas por los efectos de una ley que debería protegerles más son menores porque la mitad de los abusos sexuales se cometen contra ellos. El 19 de noviembre es el Día Mundial contra el Abuso Sexual Infantil y uno de los grandes problemas para denunciar estos abusos es que en una gran mayoría de casos se producen en el entorno familiar.
La mitad de todos abusos sexuales cometidos en España los sufren menores de edad. El 80 por ciento de esos casos se produce en el ámbito familiar o entorno próximo, algo que dificulta su visibilización y muchas veces conlleva reticencias en la denuncia.
“Una de las cosas que nos dañan más es que todo el mundo se cree que en su familia esto no va a pasar y estadísticamente está comprobado que la posibilidad está en cualquier familia”, señala Vicki Bernadet, de la fundación Vicki Bernadet.
El 20 por ciento de los niños sufre abuso sexual en España, “es decir, uno de cada cinco niños/niñas sufre o sufrirán abusos sexuales antes de los 17 años”. La media tienen once años y la mayoría son niñas. Los abusadores suelen ser hombres en casi el 100% de los casos.
Los juicios se podían demorar hasta cinco años y los menores tenían que testificar hasta cuatro o cinco veces por lo que “hay muchas familias que tienen miedo precisamente de la revictimización, que significa el proceso judicial. Se ha hecho esta Ley, la LOPIVI, (Ley Orgánica de Protección íntegra a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia) para minimizar ese efecto dañino para los niños y niñas en el proceso judicial”.
En el punto de mira, las redes sociales ya que “los niños empiezan con la pornografía a los 8 años. Evidentemente, esto no puede ser ni sano ni bueno ni pueden tener una referencia a nivel de relaciones sexuales normales. Entonces, eso dificulta a la hora de hacer prevención con utilizar la violencia en la sexualidad”.
Los porcentajes nos hablan de que, a pesar de todo, el problema no ha mejorado. Hace unos años, ese 50 por ciento del total no llegaba ni al 40.