Imma Tàpies trabajaba como técnico de obras públicas, pero la muerte de una amiga le hizo reflexionar. Decidió cambiar de profesión y convertirse en funeral planner. Asesora a sus clientes para que elijan en vida todos los detalles de su propio funeral: desde el ataúd hasta la música o la lista de invitados. Además, les ayuda a redactar cartas de despedida para sus seres queridos.
Isaac Lorigados y Valentina Bevilaqua también decidieron innovar en el sector funerario. "La gente está cambiando su relación con la muerte y cada vez más quiere celebrar la vida del ser querido que se ha ido", dice Valentina. Su empresa, Iteralix, ofrece un catálogo de homenajes póstumos originales: desde una ceremonia en un velero hasta lanzar las ceremonias desde un globo.