La droga más peligrosa en estos momentos en Estados Unidos es el fentanilo, un opiáceo sintético. Se vende en pastillas, mezcladas con muchas sustancias, y con diversas formas y colores para hacerlas más atractivas al público más joven.
El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína. De hecho, tan solo dos miligramos de este polvo, que equivalen a 15 granos de sal, pueden ser mortales. Los cárteles se han dado cuenta de su rentabilidad y lo están mezclando con todo tipo de drogas.
Píldoras de fentanilo de colores y con diferentes formas. Esta nueva moda es lo que más preocupa a las autoridades. En cuatro meses, la Policía ha incautado más de 10 millones de pastillas en el gigante norteamericano.
"Es mucho más barato de fabricar, es muy pequeño, fácil de esconder y no tienes que preocuparte de cultivarlo ni nada", señala el epidemiólogo Don J. Des Jarlais.
La Administración de Control de Drogas (DEA) en EEUU asegura que se trata de una estrategia para atraer a los clientes más jóvenes. El fentanilo mata en dicho país a cerca de 200 adolescentes al día. Las últimas víctimas vivían en Texas y solo tenían 13 y 15 años.
El gran problema del fentanilo es que resulta casi imposible identificarlo cuando se mezcla con otras sustancias estupefacientes. Por ello, algunos bares ofrecen ahora unos test que lo detectan y evitan una sobredosis.
Jake Dadle, un camarero neoyorquino y representante de ASAP Foundation, explica que "tengo dos o tres amigos que han muerto por sobredosis de fentanilo. Es un gran problema para mí y para la ciudad". Su establecimiento reparte más de 20 pruebas a la semana, sobre todo de viernes a domingo.
Se trata de un opioide sintético que está detrás del 66% de los fallecimientos por sobredosis en Estados Unidos. Es la peor crisis de salud pública a la que se enfrenta el país.