El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha advertido a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de que el país norteamericano y sus aliados defenderán cada centímetro de territorio OTAN. Lo hace después de que de la terrible matanza de civiles en Zaporiyia, que causó una treintena de fallecidos, y de las nuevas amenazas de Putin para proteger a las cuatro provincias ucranianas anexionadas tras unos polémicos referéndums.
Una unión que Occidente no reconoce, como tampoco lo hacen países como China e India, y que está provocando un nuevo éxodo de esos territorios. Decenas de personas están huyendo por miedo a que las amenazas de los ataques nucleares se hagan realidad.
Mientras tanto, las tropas ucranianas han conseguido rodear la estratégica ciudad de Liman, en la región de Donetsk. Han logrado encerrar a más de 5.000 soldados rusos e incluso ya han comenzado a publicar fotografías entrando en el mencionado municipio.
Si Kiev recupera por completo la localidad, sería uno de sus mayores éxitos después de haber liberado prácticamente todo el territorio de la región de Járkov.
A pesar de esto, las tropas del Kremlin continúan atacando todo el país. Después de la matanza en Zaporiyia, en Kramatorsk han sonado explosiones a lo largo de toda la noche y en Bahkmut, una ciudad que se encuentra en primera línea del frente, la situación se ha vuelto insostenible.
Cuando se cumplen 220 días del inicio de la invasión rusa, el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, ha descartado conversaciones con Moscú y ha prometido de nuevo liberar todos los territorios ocupados, incluida Crimea. Además, ha solicitado un ingreso "acelerado" en la OTAN.
La respuesta de la Alianza Atlántica a la petición de adhesión de Ucrania ha sido muy fría, a sabiendas de que, de llevarse a cabo, el conflicto escalaría y el riesgo de ataque nuclear sería mucho mayor.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fue muy prudente. Reconoce que Kiev está en su derecho de hacer dicha petición y que el organismo tiene las puertas abiertas, pero aclara que es una decisión que compete a los 30 aliados y que se debe de tomar por consenso.
Además, hay que recordar que existe un reglamento interno de la OTAN que dice que ningún país puede entrar si se encuentra inmerso en una guerra. Por todo esto, Stoltenberg se ha mostrado partidario desde Bruselas de que la Alianza siga haciendo lo que ha hecho hasta ahora, es decir, no entrar en el conflicto pero seguir apoyando a Ucrania desde fuera, por ejemplo, enviando armas.