La sociedad rusa es hoy la imagen del descontento después de descubrir, siete meses después, las exigencias de la guerra de Vladimir Putin en Ucrania. Pese a la amenazas de cárcel por parte del Kremlin, este sábado se vivieron nuevas manifestaciones contra la llamada a filas.
Al menos 1.000 personas han sido detenidas en 34 ciudades por las protestas que han estallado en Rusia este sábado tras la movilización militar decretada por el presidente ruso, Vladimir Putin, según el balance proporcionado por la organización de derechos civiles OVD-Info.
Los detenidos se reparten entre Moscú, con casi 400, así como en la ciudad de San Petersburgo, con 142 detenidos, seguida de Novosibirsk (71), Irkutsk (20), Tomsk (19), Izhevsk (17), Ufá (16) y otras localidades.
Las protestas comenzaron tras la orden del presidente ruso, Vladimir Putin, de una movilización parcial para reforzar a las Fuerzas Armadas tras los recientes reveses en la guerra en Ucrania. En el primer día de movilizaciones fueron detenidas más de 1.300 personas, según OVD-Info.
Mientras tanto, continúa el reclutamiento obligatorio por toda Rusia, que especialmente se está cebado en algunas minorías étnicas como los mongoles o los yakuts en Siberia, donde esta mañana decenas de mujeres protestaban mediante una danza tribal por el reclutamiento forzoso de sus hijos y esposos.
El próximo martes finaliza el referéndum ilegítimo que Putin ha ordenado celebrar en Donestk, Lugansk, Jersón y Zaporiya. Con ello se anexionará el 15 por ciento de Ucrania, pero tendrá que defender una frontera de alrededor de 1000 kilómetros, que hoy por hoy constituye la primera línea del frente de guerra.