Tras el espeluznante hallazgo de la fosa común de Izium, la guerra en Ucrania se adentra en la jornada 207 con el intento del ejército ucraniano de extender al Donbás su contraofensiva y Moscú intentando reforzar sus tropas con expresidiarios y soldados de varias regiones de Rusia. Las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk han acusado este domingo a Ucrania de un nuevo ataque contra un centro de detención en la localidad de Elenovka y ha agregado que se ha saldado con cinco heridos.
El Ministerio de Justicia de las autoridades prorrusas en la región ha indicado que el ataque ha sido ejecutado en torno a las 10.50 horas (hora local) y ha recalcado que "no hay víctimas entre el personal" de las instalaciones. Asimismo, ha resaltado que las autoridades están analizando los daños materiales causados por el ataque y ha denunciado que las fuerzas ucranianas siguen atacando la zona, según ha recogido la agencia rusa de noticias TASS.
Las autoridades prorrusas de Donetsk denunciaron a finales de julio un ataque similar que se habría saldado con 50 muertos y más de 70 heridos, todos ellos presos ucranianos, si bien Kiev rechazó las acusaciones y responsabilizó a Rusia de lo sucedido. Posteriormente, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, anunció la puesta en marcha de una comisión de investigación sobre el ataque contra la cárcel tras recibir solicitudes de investigación tanto por parte de Rusia como de Ucrania.
Por otro lado, las autoridades de Ucrania han denunciado este domingo la muerte de cuatro trabajadores sanitarios a causa de un ataque del Ejército ruso durante una evacuación de civiles de un centro médico en la localidad de Strilecha, situada en la región de Járkov (este).
El jefe de la Administración Regional Militar de Járkov, Oleg Sinegubov, ha señalado en su cuenta en Telegram que "los ocupantes siguen aterrorizando sin piedad a la población civil" y ha detallado que las víctimas mortales participaban en una evacuación de pacientes de un hospital psiquiátrico.