Reino Unido ha seguido el juramento y la ceremonia de proclamación de Carlos III por televisión y también en las pantallas. Es la primera en más de 70 años y la primera que se retransmite por televisión porque en el caso de Isabel II solo se transmitió en 1953, la coronación, pero no esta otra ceremonia en Saint James previa.
Desde el cercano palacio de Buckingham, no se han instalado pantallas gigantes para seguir en directo esa ceremonia de proclamación. Los británicos que están allí congregados han seguido la proclamación a través de sus propios teléfonos móviles porque nadie quiere perder detalle. Se analizan los gestos, las palabras del nuevo monarca.
Sobre todo, es un momento de homenaje a Isabel II, la reina más longeva de la historia de este pueblo. Las verjas de Buckingham se han quedado pequeñas y, por eso, en Green Park se han depositado alfombras de flores, filas de camisetas, osos de peluche, dibujos infantiles, notas manuscritas… porque hoy, día sin colegio, es el turno de los más pequeños, que han acudido de todas las partes en un silencio impresionante para despedir a la reina y dar la bienvenida al nuevo rey.
Los británicos esperan de él es que se mantenga fiel al legado de su madre, que siga su ejemplo, pero es mucho menos popular, entre otras cosas “por todas las cosas con Diana”. Por ello, tiene el reto de ganarse el afecto de los británicos, que aún no olvidan del todo un pasado polémico.