El ‘tesoro’ de las cuevas españolas
Nuestro país es referente mundial como destino de espeleología
Su aislamiento ha favorecido la generación de animales exclusivos de una cavidad
Su temperatura permanece constante entre los 15 y 20 grados lo que las la convierte en una buena visita turística veraniega
Las playas españolas se conocen en todo el mundo. Sin embargo, nuestro país también es conocido, en círculos especializados, por sus cuevas. Como nos señala Julio García, presidente de la Federación de Espeleología de Castilla y León y miembro de la asociación Espeleofoto: “A España vienen muchos grupos de todo el mundo por sus cuevas. Somos referencia mundial”. Para los que son ajenos a este mundo, un buen comienzo para adentrarse en ellas, sobre todo con estas olas de calor veraniegas, es que su temperatura apenas varía entre los 15 y 20 grados durante todo el año.
Una vez dentro es como viajar a una cápsula del tiempo ya que hay especies, en su mayoría pequeños invertebrados o insectos, que han permanecido aislados durante miles de años y que finalmente se han convertido en una especie endogámica de esa cueva en concreto. Como nos señala Roberto García, presidente de la asociación Espeleofoto: “Gracias al análisis de las espeleoformas como las estalactitas o estalagmitas se puede saber el clima que existía en la tierra. Sin embargo, en los años 80 la gente las rompía para llevárselas a su casa. Es lamentable, si supieran lo importante que son las cuevas no las tratarían así. Por eso hay que darlas a conocer para que la gente se dé cuenta de su enorme valor y así poder protegerlas”. Por eso, han publicado el libro ‘101 Cuevas y minas de España sorprendentes’ (Ed. Anaya) en donde se muestran las más importantes de nuestro país.
En cualquier caso, es muy importante que se lanza a explorar cuevas lo haga con profesionales, para identificarlos consulté por internet el registro público autonómico de empresas de turismo activo. Como en tantas cosas, hay comunidades que las tienen bien accesibles y en otras es más difícil dar con ellas. Rubén Gallego es guía de ‘Soriaventura’ y con él andamos por el interior de la Cueva de la Galiana en Soria. Rubén nos recuerda un dicho en espeleología: “Hay una cueva de ida y otra de vuelta”. Se debe a que las referencias del camino de ida, por ejemplo, una forma de una roca, le parecerán diferentes al regresar. Además, no habrá visto las bifurcaciones que deja a sus espaldas y que se encontrará al regresar por lo que dudará cuál de ellas tomar. Dentro de la cueva puede disfrutar de algo que le piden mucho a Rubén, quedarse a oscuras. Es la más absoluta que hay, los sentidos como el oído, se agudizarán hasta extremos que desconocía. Un mundo de sensaciones que no existen afuera, empezando por el calor.