El mal estado del camino, debido a las fuertes lluvias de los últimos días, y las grandes dimensiones del autocar siniestrado pudieron provocar el accidente que ayer dejó heridas a 17 personas, tres de ellas graves, que iban a un banquete de boda en Rubió (Barcelona).
Así lo ha apuntado, en declaraciones a la emisora Catalunya Ràdio, el alcalde de Rubió, Miquel Archela, quien ha añadido que mañana los servicios municipales iniciarán los trabajos para reparar el camino, una estrecha vía donde la tierra se había ablandado por las lluvias caídas entre el jueves y el viernes pasados.
El autocar volcó en una curva que da acceso desde la carretera BV-1037 al camino que conduce al restaurante en el que se iba a celebrar el convite de la boda, lo que ha causado 17 heridos, tres de ellos de gravedad y nueve menos graves.
Según ha explicado Archela, esta mañana las grúas están trabajando para retirar el autocar accidentado, que se quedó atravesado en medio del camino tras volcar cuando llevaba hasta el restaurante de Rubió a una cincuentena de invitados a la boda, la mayoría de ellos procedentes de Madrid y Soria.
Archela ha explicado que el camino del restaurante, que es de titularidad municipal, estaba deteriorado debido a las lluvias, con algunos baches y socavones, aunque sin llegar es ser "inservible", lo que pudo provocar que el autocar volcara al pasar por una "curva muy cerrada" de la vía.
"Se han juntado días de mucha lluvia, hacía un año que no llovía, y eso ha hecho que la tierra estuviera blanda", ha agregado.
A ello se suma que se trataba de un autocar "grande, de 60 plazas" y, en su opinión, es "muy peligroso" que circulen por el camino en cuestión vehículos de esas dimensiones.
Según ha precisado, habitualmente por el camino que conduce al restaurante, perteneciente a complejo rural que suele organizar todo tipo de banquetes, los autocares circulan sin problemas, pero como mucho son de "50 o 55 plazas", no tan grandes como el que ayer volcó.
Para el alcalde, el autocar "no debería haber entrado por el camino", sino quedarse en el cruce con la carretera y que los invitados a la boda subieran a pie los 80 metros que la separan del restaurante