El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cierra el mes de julio y el curso político retomando su agenda internacional con una gira por los Balcanes. El jefe del Ejecutivo, que acaba de llegar a Sarajevo, la capital de Bosnia Herzegovina procedente de Serbia, también hará paradas hasta el lunes en Montenegro, Macedonia del Norte y Albania. Salvo Bosnia, nunca un presidente español había visitado oficialmente estos países. El propósito del viaje es apoyar su adhesión a la Unión Europea.
Sánchez aún no se va de vacaciones, aunque el viernes dio por terminado el curso político haciendo un balance en el que arremetió contra la oposición y se dirigió también con nombre y apellidos a los máximos dirigentes de bancos y energéticas por el rechazo de estas al nuevo impuesto que va a imponerles. El otoño promete muchas emociones y roces, aunque este está siendo un verano de despedidas repentinas de la política, la ultima la de Macarena Olona.
Sánchez deja atrás una España con la inflación disparada en un contexto de crisis económica global, pero con un compromiso claro: “Servimos y gobernamos para la clase media trabajadora de España y, cuando sea preciso elegir, estaremos del lado de la clase media trabajadora, aunque al hacerlo, como estamos viendo, resultemos incómodos para algunos poderes”.
Estos poderes, como la banca y las energéticas, están revueltos por el nuevo impuesto que va a gravar sus beneficios para contribuir a la recuperación. “Creo que es una medida injusta, creo que es una medida distorsionadora”, ha valorado Gonzalo Cortázar, consejero delegado de Caixabank.
“Si protestan, es que vamos en la buena dirección”, decía Sánchez, mientras que desde el PSOE reprochan al PP su falta de apoyo en estos momentos de emergencia. “Parece que no le gusta trabajar, pero que tampoco se alegra del trabajo de los demás”, apuntaba Eva Granados, portavoz del PSOE en el Senado.
Los populares, por su parte, ven al presidente como el problema. “Las recetas económicas de este Gobierno parecen pensadas para prorrogar y agravar la crisis económica”, indicaba el presidente del PP, Alberto Núñez Feijó.
Es un Gobierno en retroceso en las encuestas que se ha ido de vacaciones calmando las aguas con la Generalitat. Uno asume la nueva ley lingüística del Parlament; el otro aparca la determinación, aunque Esquerra y Junts pasan por uno de sus peores momentos a cuenta de Laura Borràs, suspendida recientemente como presidenta del Parlamento catalán y como diputada por su imputación en un caso de corrupción.
Una vez que el martes se reúnan el rey y Sánchez en Marivent, el presidente y su familia cogerán las maletas: Lanzarote y Doñana serán de nuevo sus destinos vacacionales. Un respiro antes de volver con la reanudación de un curso político que cuenta con una nueva baja, la de Macarena Olona. La diputada andaluza de Vox anunció que deja la política por motivos de salud. Semanas antes lo hicieron la número dos del PSOE, Adriana Lastra, y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado.