El paso del estrecho está resultado caótico este año. Las fronteras se han reabierto con Marruecos, pero los requisitos, sobre todo por el coronavirus y la gran afluencia, están causando esperas interminables, en especial en Ceuta.
En el acceso a Marruecos desde Ceuta, familias enteras sufren horas de espera bajo un sol de justicia, sin zonas de sombra ni puntos de venta de agua o comida. Se refrescan como pueden, pero la paciencia empieza a agotarse. A la llegada de miles de viajeros se suman los controles que impone Marruecos, que exige pasaporte covid o una prueba negativa para acceder al país.
La tensión aumenta durante el día y estalla por la noche. Las complicaciones empiezan al llegar al puerto de Algeciras, cuando llevan ya muchas horas de viaje en el cuerpo, y donde tienen que esperar otras tantas bajo un sol abrasador.
La llegada de más de 400 vehículos a la hora a este puerto ha desbordado todas las previsiones de la operación paso del estrecho, después de tres años sin poder celebrarse.