El primero en abrazar hoy a Grande Marlaska ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba. Testigo significativo del nombramiento de quien fue el juez instructor del caso del chivatazo en el bar Faisán, que salpicó al entonces Ministro del Interior.
También presentes los magistrados Guevara o Pablo Ruz, este último, su compañero cuando ambos estaban en la Audiencia Nacional.
Marlaska, emocionado, ha dado las gracias a los suyos antes de estrechar manos con quien le deja su cartera. Los mismos honores se han sucedido en Justicia entre Rafael Catalá y Dolores Delgado, eso sí, después de una larga conversación privada, (quizás consejos de última hora).
A ella le toca lidiar con un colectivo en pie de guerra por la independencia judicial, elegir nuevo fiscal general del estado, y reformar la elección de jueces del consejo (CGPJ).
Experta en yihadismo, defensora de la Justicia Universal y los derechos humanos, ha hablado de transparencia, de las víctimas, de la cooperación, y de la diversidad.
Junto a ella estaban entre otros, la juez Carmen Lamela, o Alejandro Luzón, fiscal jefe anticorrupción.