Los informes de la policía advierten como el entramado de empresas que giraban en torno a Narciso 22 consiguió recaudar 10 millones de euros a través de presuntas comisiones y negocios irregulares en, como no, el municipio de Boadilla del Monte.
El modus operandi que describe la policía es la adquisición por Narciso 22 de las mejores fincas en condiciones inmejorables y gracias a la intervención del equipo del ayuntamiento de Boadilla cuando era su alcalde Arturo González Panero también imputado en la Gürtel. Las comisiones gestoras de los planes urbanísticos de más de 6.000 viviendas de Boadilla obligaban a los auténticos propietarios del suelo a que Narciso 22 gestionara el proceso a cambio de un porcentaje del 2% del suelo. Así la trama de Correa se hacía con el suelo. Inmediatamente los terrenos se revendían multiplicando su precio de salida arrojando beneficios millonarios para la trama Gürtel. Aunque los informes policiales no lo dicen directamente, los abogados de las acusaciones en el caso hablan abiertamente de chantaje a los propietarios del suelo y las constructoras.
El paso siguiente, según la policía, sería el reparto de beneficios a los cabecillas de Gürtel tras operaciones urbanísticas irregulares que perjudicaron los ingresos del Ayuntamiento de Boadilla del Monte y multiplicaron el precio de las viviendas a los futuros compradores.
No acaba aquí el asunto. La policía, al destapar está nueva empresa para recaudar comisiones urbanísticas, también descubrió que esta sociedad Narcisos 22 vendió parte de los terrenos al arquitecto Leopoldo Arnaiz contratado por el Ayuntamiento de Boadilla precisamente para desarrollar el plan urbanístico del municipio en esas fechas. Es decir, el arquitecto del proyecto también era propietario del suelo que él mismo gestionaba. Arnaiz, al que las acusaciones llaman “el arquitecto de cabecera del PP de Madrid” está imputado en otros tres procesos por estafa, fraude, y blanqueo.