El rey Juan Carlos que fue campechano y despreocupado tiene ahora encima a la justicia de dos países y a los medios de comunicación, que esta semana han publicado documentos que le ponen en aprietos. Sus problemas arrancan en 2001, en el lejano desierto de Arabia, cuando varias empresas españolas consiguieron el contrato para construir el AVE a la meca. Todos dan las gracias al rey por su mediación, el tren se construye, las empresas españolas ganan 7000 millones de euros y la operación se cierra como un gran éxito.
El escándalo estalla siete años después, cuando se filtran unas conversaciones entre el turbio comisario Villarejo y Corina Larsen. La examante del rey asegura que Juan Carlos cobró una comisión por el contrato del AVE, a pesar de que ella intentó disuadirle. A raíz de esa conversación de abren dos investigaciones, una en Suiza y otra en España. Sospechan que el rey guardó en una cuenta suiza los 65 millones de euros y pasado un tiempo los transfirió a una cuenta de Corina.
Ella reconoce que recibió el dinero, pero asegura que fue una muestra de amor. Según publicó ayer 'El Confidencial', el rey gastó durante años 100.000 euros al mes de ese dinero. Hubo meses que sacó hasta medio millón, como un diciembre que acabó con un discurso en el que pedía honradez.
¿Será juzgado en España? El monarca recibió, presuntamente, la comisión mientras era inviolable, así que por eso no se le puede juzgar, pero sí se le podría juzgar si se demuestra que después de la abdicación cometió algún delito con ese dinero, como fraude fiscal o blanqueo. ¿Le veremos ante la justicia española? esta semana se han barajado otras fórmulas, como que abandone La Zarzuela e incluso el país. El rey simpático, el natural, el cercano… se ha quedado solo.