Primera noche en prisión y primeros compases de un proceso que debería estar terminado en 60, a más tardar, 90 días. La justicia alemana se pone en marcha y tras decidir si Puigdemont espera en prisión o en libertad, se activa el la maquinaria de la euroorden. Los abogados ya prearan la estrategia, que se centrará en convencer al juez alemán, que aquí no hay garantías para un juicio justo.