"Usted quiere debatir los Presupuestos. Pero no tiene sentido concretarlo para mi grupo si no hay una posibilidad de que sean aprobados". Son las palabras de Aitor Esteban, portavoz del PNV, hoy en el Congreso que suponen una piedra más en el camino de Sánchez y su idea de aprobar los presupuestos.
El Gobierno, que dijo que no era su intención marear a los españoles, parece que sí lo está haciendo con unos socios que le están poniendo contra las cuerdas. ERC, otro de sus socios, le ha asegurado que su política en Cataluña hace pensar que no quiere tener unos presupuestos. Torra ha ido más allá y le ha dejado claro que le deben el puesto. Tardá ha dejado claro que si Sánchez no negocia esta será su "tumba política" y ha exigido algo distinto al 155.
Solo el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha dejado la puerta abierta a aprobar los presupuestos, pero ha pedido al presidente que no ceda ante las "presiones" de los que le están llamando a "incendiar Cataluña", y siente a su Ejecutivo a hablar con la Generalitat, con motivo de su presencia en Barcelona el próximo 21 de diciembre para celebrar allí el Consejo de Ministro.
"Hable, hablemos, parlem" termina diciendo Pablo Iglesias, después de reivindicar el "espíritu de la moción de censura". Un espíritu que visto lo visto cada día languidece y que puede que no sea suficiente para aprobar los presupuestos.