La principal polémica ocurría minutos antes del chupinazo. Concejales de EH Bildu y Geroa Bai, ahora en la oposición del Ayuntamiento de Pamplona, trataban de desplegar desde un balcón una bandera de Euskadi, ausente este año, con el gobierno de Navarra Suma, en los mástiles oficiales. Intento que ha acabado en un encontronazo con agentes municipales para que no la exhibieran.
En la calle, se han desplegado unos 2.600 policías que han realizado controles en los que, además de tapones, se ha bloqueado el paso a telas grandes, incluidas banderas y pancartas, por un motivo claro, según el alcalde: la seguridad.
Orden municipal que no se ha cumplido, ya que se ha ondeado una ikurriña gigante y una bandera de Navarra en la plaza del ayuntamiento, al lado de pancartas contra la dispersión de los presos de ETA. Todo en unas fiestas y un chupinazo puntuales a su cita. Nueve días de fiesta por delante para disfrutar. Con tolerancia cero a agresiones abusos sexuales que aún se siguen repitiendo.