La consigna es clara: las derechas y los independentistas son culpables de bloquear los presupuestos más sociales de la historia. Montero incluso ha elogiado al figura de Suárez en clara referencia a Rivera, para señalar la diferencia de hacer política del líder centrista y del actual, Rivera y ha criticado que las derechas usen la Constitución en su beneficio. Ha sido el propio presidente el que ha iniciado la estrategia y lo ha hecho al estilo Trump, vía twitter.
La idea del PSOE es recuperar ahora votantes convirtiéndose en el paradigma del diálogo (que a día de hoy ha conseguido lo mismo que la operación diálogo de Soraya, es decir nada) que se ha visto roto por una realidad que todos conocían: los independentistas quieren que se les reconozca el derecho de autodeterminación. Los socialistas piden mesura al resto de los grupos y exigen ser constructivos y no castigar a Cataluña.
En cuanto a la oposición tanto Rivera como Casado han considerado que estamos ante un debate de unos presupuestos. Casado los ha calificado heridos de muerte, como un pescado que ya huele mal, mientras que Rivera y C's han dejado claro que unos presupuestos firmados con Podemos no son aprobables y ha criticado que les acusen de aprovecharse del problema catalán o les llamen fachas por ir con la bandera española. Rivera ha ido más allá y le ha espetado que para recibir los 21 puntos y no marcharse hay que tener mucho estómago.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido especialmente dura con los independentistas, a los que ha llegado a llamar chantajistas, algo que ha molestado especialmente a Tardà. Así ha sido el tono de unas intervenciones que eran más mítines que otra cosa y donde el procés ha copado el foco.
De hecho, Montero ha vuelto a recalcar a ERC que si la tramitación de las nuevas cuentas públicas depende de que el Gobierno acepte hablar del derecho de autodeterminación de Cataluña "no habrá Presupuestos", y ha tildado de "error histórico" el rechazo de los republicanos catalanes al proyecto de ley.
Durante su intervención en el debate a las enmiendas a la totalidad del proyecto de Presupuestos, Montero ha respondido al portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, que el Gobierno central ha sido "claro desde el primer momento" respecto a su rechazo a negociar sobre el derecho de autodeterminación.
"Sabe y conoce que no pondremos en ningún orden del día el derecho de autodeterminación, lo saben desde el primer día", ha indicado Montero, quien ha dicho que con esa exigencia "no dejan margen para la negociación", ya que "hay camino de diálogo en el marco de los límites que el Ejecutivo ha planteado", que pasan por el autogobierno. En este sentido, ha recalcado que el Ejecutivo defenderá "dentro de España y fuera" la imparcialidad de la Justicia española, los jueces, tribunales y la separación del Estado de derecho, porque es su "obligación y responsabilidad".
"Si la tramitación de PGE depende de aceptar hablar del derecho de autodeterminación, les adelanto ya que no habrá PGE. No es ninguna novedad, lo saben desde el primer día", ha insistido Montero, quien ha afirmado que en el Ejecutivo de Pedro Sánchez "nunca" ha planteado los PGE como un "salvoconducto" para el Gobierno, que ha mostrado su "valentía" en la moción de censura y establecido "cauces para un diálogo fluido".
Eso sí, ha incidido en que el derecho de autodeterminción no es un derecho constitucional, por lo que no puede formar parte de las mesas de diálogo, por lo que ha pedido a Tardá que abandonen las posiciones "maximalistas" y negocien dentro de la ley para "seguir avanzando y consiguiendo cotas de autogobierno".
La titular de Hacienda ha tachado de "error histórico" el rechazo de ERC a las nuevas cuentas públicas, porque recogen una inversión de más de 2.200 millones en Cataluña y un incremento de 2.310 millones en las entregas a cuenta, junto a 1.400 millones en concepto de deudas pendientes en infraestructuras. En este sentido, ha criticado que las formaciones independentistas hayan planteado cosas "imposibles", y ha rechazado que se acuse al Ejecutivo de levantarse de la mesa, cuando eso supuso la decisión de las formaciones nacionalistas catalanas al exigir hablar del derecho de autodeterminación.
La ministra le ha reprochado a Tardá que su formación vaya a unir "le guste o no" su voto al de "las derechas", el bloque que "está pidiendo el 155 'sine die'", y ha aclarado que el Gobierno "nunca" ha planteado la ilegalización de los partidos nacionalistas en Cataluña. Además, ha dicho tener la impresión de que "a veces" a ERC le interesa la confrontación para sacar mejor rédito electoral, por lo que le ha advertido de que ese camino no lleva a "ninguna parte" salvo empeorar la situación de la ciudadanía.
La titular de Hacienda ha defendido que el Gobierno ha demostrado su disponibilidad al diálogo "real" y ha asegurado que estará "encantado" de incluir aportaciones en el periodo de enmiendas si se pasa el trámite de las enmiendas a la totalidad. "Este partido no cesará en su empeño de encontrar una fórmula que permita superar el desafío territorial dentro de la Constitución y legalidad vigente. Espero que esa solución llegue pronto por el bien de Cataluña y de España", ha concluido.