Anunciada por Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, bajo la apariencia de una visita de cortesía al presidente catalán, aprovechando que el Ejecutivo se trasladará a Barcelona para celebrar el Consejo de Ministros, la pretendida reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra, emplazada para el próximo 21 de diciembre, encierra algo más que un mero encuentro.
En plena batalla socialista por encontrar apoyo a unos Presupuestos Generales que nunca llegan y mantienen todo su proyecto paralizado ante el rechazo de los independentistas, --bloque necesario para que el plan prospere--, Sánchez aún busca una salida para no precipitar el adelanto electoral.
Pese a ello, Calvo ha querido remarcar la "normalidad y naturalidad" con la que se produce el encuentro, recordando que ya el pasado 26 de octubre, cuando el Consejo de Ministros se trasladó a Sevilla, hicieron lo propio con Suana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía.
Desde el Govern, que se ha apresurado a subrayar que "no hay ninguna petición formal" al respecto de dicho encuentro, algo que la propia Carmen Calvo ha constatado, se muestran, no obstante, con "las puertas abiertas" para que se produzca el encuentro. Un encuentro que, por otra parte, desan que se realice "de Gobierno a Gobierno", con los miembros de cada uno presentes.
En este sentido, fuentes del Govern sugieren que el presidente del Gobierno podría ir al Palau de la Generalitat expresamente un día, como Torra hizo en julio en Moncloa, y no “un rato, aprovechando que hay Consejo de Ministros” en la capital catalana.