Los comicios catalanes del 14 de febrero no serán los primeros que tengan que darse con coronavirus, pero sí las más anómalas. Celebrar estas elecciones en plena tercera ola de la pandemia puede disparar la abstención por el miedo: entre los electores y también entre los 80 000 ciudadanos que han de conformar las mesas electorales. La Junta Electoral augura que muchas mesas no se constituirán a tiempo por falta de gente.
Los electores tienen miedo de ir a votar dada la situación. Por ello, para garantizar lo más posible la seguridad, la Generalitat piensa en habilitar desde naves industriales hasta grandes locales hosteleros e incluso mercados como colegios electorales.
Hay miedo, también, entre los 80 000 ciudadanos que han de conformar las mesas: presidentes, vocales y sus suplentes ya que un votante apenas estará unos minutos en el colegio electoral, pero los miembros de las mesas se pasan horas.
“No solo es que tenemos miedo, sino que nos sentimos amenazados porque si no nos presentamos hay pena”, admite uno, porque la objeción no está contemplada en estos casos: quien se ausente de su deber sin justificación cometerá un delito electoral castigado con penas de 3 meses a un año de prisión o de hasta 24 meses de multa.
El presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonés, propuso que se rebajase la edad, pero la Junta Electoral Central lo rechazó porque eso supondría reformar la Ley Orgánica de Régimen Electoral. Fuentes de la Junta Electoral Central nos han confirmado que, a cambio, han ofrecido flexibilizar los criterios para desistir. En este sentido, en caso de riesgo, sin estar contemplado entre las excepciones, si está debidamente acreditado, sería aceptado como baja de la mesa electoral en este nuevo escenario.
Desde la Junta Electoral temen que el 14F muchas mesas no se puedan formar a primera hora por falta de gente. Para las que sí, se exige distancia mínima de metro y medio entre miembros, y se facilitarán: un par de guantes, pantalla protectora facial, gel hidroalcohólico, cuatro mascarillas quirúrgicas y una mascarilla FFP2.
Se han previsto, además, tres franjas horarias recomendadas para ir a votar: de 9 a 12 de la mañana para los colectivos riesgo; entre las 12 y las 19 horas para al grueso de la población y de 19 a 20 horas para personas en cuarentena, es decir: positivos, contactos y casos sospechosos.
Por otro lado, este escenario ha disparado el voto por correo un 82% con respecto al mismo período de las catalanas de 2017. La Junta Electoral ha ampliado las fechas tanto para la solicitud de esta modalidad de voto (hasta el 5 de febrero), como para depositarlo (el 12 de febrero a las 14 horas). También el período de envío de las tarjetas censales y de propaganda electoral. Unas elecciones absolutamente excepcionales.