El juicio del procés en el Tribunal Supremo durará unos tres meses y tendrá testigos como Mariano Rajoy e Íñigo Urkullu. La clave está en si hubo violencia o no y, por tanto, si hubo rebelión o no. Los acusados se enfrentan a peticiones de penas que pueden ir desde los 7 a los 25 años de cárcel.
Tres de los doce acusados están en libertad bajo fianza. Son los exconsejeros Cales Mundó, Meritxel Borrás y Santi Vila. El resto de investigados han sido traslados desde las prisiones de Soto del Real, donde están los hombres, y de Alcalá-Meco, las mujeres, por la Guardia Civil.
A esta primera sesión ha acudido el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y como marca el protocolo, ha sido recibido por el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Supremo, Carlos Lesmes y el presidente del Tribunal, el magistrado Manuel Marchena.
Para Oriol Junqueras la Fiscalía pide 25 años de cárcel por rebelión con malversación, una pena que la Abogacía del Estado rebaja a 12 años al ver sedición en lugar de rebelión. En el siguiente escalón de responsabilidad están Carme Forcadell. A ella y a Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, la Fiscalía les reclama 17 años de prisión por rebelión y la Abogacía lo rebaja por sedición a 10 años para la expresidenta del Parlament y a ocho años para los líderes independentistas.
Para los exconsejeros Joaquín Forn, Jusep Rull, Jordi Turull, Raúl Rumeva y Dolors Bassa, la Fiscalía pide 16 años de cárcel por rebelión con malversación y la Abogacía 11 años y medio por sedición.
En cuanto a los tres únicos procesados en libertad provisional, Meritxel Borrás, Carles Mundó y Santi Vila, la Fiscalía y la Abogacía piden para los tres siete años de prisión por malversación y desobediencia.
No estarán los siete procesados fugados en tres países, Bélgica, Suiza y Escocia. Entre ellos el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.