Puigdemont y Junqueras: las dos caras del juicio al procés

Noticias Cuatro 12/02/2019 19:26

A un lado, Oriol Junqueras, en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo, donde 12 líderes independentistas, con él a la cabeza, se sientan en el juicio del procés por promover la consulta ilegal del 1 de octubre y por la posterior declaración unilateral de independencia. Al otro, –y a más de 2.000 kilómetros de distancia–, un Carles Puigdemont al que ayer las cámaras le captaban disfrutando del Festival de Cine de Berlín (Berlinale).

Por un lado el exvicepresidente de la Generalitat como símbolo de un desafío institucional sin precedentes que ha puesto en jaque al sistema jurídico de nuestro país; por otro, un expresidente de la Generalitat que simboliza ahora la huida de las consecuencias de ese desafío, cobijado en su propósito de “internacionalizar el conflicto”.

Para los encausados, a los que se les juzga por delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos, las penas suman hasta 177 años de cárcel. La mayor, de 25 años, para Oriol Junqueras. Puigdemont, fuera del proceso judicial que arranca hoy en el Alto Tribunal, resuena en los medios internacionales como ‘el presidente en el autoexilio’.

Y decimos resuena, porque, desde Alemania ha reclamado su parte de protagonismo.

Con más de 500 testigos y representantes políticos; 600 periodistas acreditados; y 170 medios de comunicación –70 de ellos extranjeros–; siguiendo el juicio, Puigdemont ha conseguido centrar la atención de todos los focos con una rueda de prensa desde la capital alemana.

Puigdemont, protagonista desde Berlín

Desde aquí, el expresident ha aprovechado la ocasión para denunciar que "en el banquillo de los acusados se sientan hoy 2.300.000 personas”, --refiriéndose a todos aquellos que votaron a favor de la independencia y la constitución de la república catalana--, al mismo tiempo en que ha asegurado que el juicio al procés será “un test de estrés para el sistema judicial español”, asegurando que “pondrá a prueba la democracia española”.

Sin olvidar enviar un mensaje al Gobierno central, Puigdemont ha continuado apuntando que el Estado aún está a tiempo de absolver a los acusados. Más allá, no ha rehuido a preguntas al respecto de un posible adelanto electoral en España ante el ‘no’ independentista a los Presupuestos Generales del Estado, que se debaten precisamente desde hoy en el Congreso y aguardan a mañana para la votación. En este sentido, se ha referido al máximo rival de Pedro Sánchez, el líder del PP, Pablo Casado, reconociendo que con él se complicará la resolución de la crisis territorial catalana.

“Conjugar en una misma frase Pablo Casado y fácil… no es fácil, porque justamente su liderazgo se ha caracterizado por llevar una lata de gasolina para ver si se provocan incendios donde no los hay", ha dicho.

"No hay razones jurídicas"

Más allá, el expresidente de la Generalitat sí ha coincidido con la defensa de los encausados al asegurar desde Berlín que este juicio no tendría que celebrarse porque "no hay razones jurídicas, no hay pruebas y no hay crimen", confiando en la rectificación del Estado y la absolución de los encausados.

"Para nosotros poner urnas no es ninguna rebelión, ni para el Código Penal español", ha apostillado, defendiendo que no hubo violencia ni armas en los hechos que se están juzgando.

En esta línea, asegura que "durante el juicio se desenmascararán muchas de las construcciones que nos han llevado hasta aquí. No olvidemos que la única acusación particular es la de un partido de ultraderecha franquista, Vox, lo que demuestra que es un juicio político", ha sentenciado.

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