Muy contundente se ha mostrado el expresidente del Gobierno en el juicio del procés a la hora de señalar que “en ningún caso” admitió una conversación sobre la soberanía nacional.
“A todos les dejé claro que no negocio ni el cumplimiento de la ley ni la Constitución española ni la soberanía nacional. ¿A quién se le puede ocurrir que un presidente del Gobierno pueda negociar esto? Es un sinsentido”, ha recalcado.
A este respecto, Rajoy ha afirmado que tomó la decisión de aplicar el artículo 155 de la Constitución “siendo consciente de que tenía que tomarla”. “Pusieron una situación imposible a sabiendas de que se arriesgaban a eso, que es lo peor. Lo peor es que se sabía”, ha criticado.
En la misma línea, el exlíder del PP ha precisado que tuvo “seis conversaciones con Artur Mas, aparte de otras telefónicas, y dos con el señor Puigdemont”, recalcando que “eran plenamente conscientes” de cuál era su posición y “no se llamaban a engaño” porque lo dejó claro desde el primer momento: “Yo no iba a autorizar de ninguna manera ese referéndum”, ha dicho, en referencia al 1-O.
Muy rotundo se ha mostrado también a la hora de referirse a los acontecimientos vividos en el Parlament el 6 y 7 de septiembre, donde, tal como ha expresado, “se violaron los derechos de los diputados de la oposición y se liquidó la legalidad vigente por una ley que se llamaba la Ley de Transitoriedad Jurídica”.
“Ningún presidente puede mirar para otro lado cuando se producen situaciones de esas características”, ha apostillado.
No podían faltar tampoco las frases ‘made in Rajoy’, esas que llaman la atención bien por un traspié sin malicia o por ser suficientemente obvia; redundante.
“Es el pueblo español el que decide lo que es España”, ha dicho, tras defender la democracia avanzada del país e insistir en que los independentistas querían “romper la soberanía nacional”.
También por obvia, ha llamado la atención su respuesta al ser preguntado por los enfrentamientos que se produjeron en la jornada del 1 de octubre. “En una situación como esa es normal que se puedan producir, sobre todo cuando hay voluntad en algunos casos concretos de que los haya”, ha dicho.
Durante su declaración, Mariano Rajoy ha reconocido su preocupación por el procés, recalcando que el artículo 155 solo se prevé en situaciones límite. No obstante, ha asegurado que “era evidente que la situación se veía venir” y que “los acontecimientos que se produjeron no surgieron de ninguna parte, y eso lo sabían todos. No había que ser muy avispado para ser consciente de eso”, ha dicho.
Otra frase que ha traído cola ha sido la relativa a su respuesta cuando Jordi Pina, abogado de Turull, Rull y Sánchez, ha tomado la palabra para preguntarle si había hablado con los testigos previos (saltándose el reglamento); todo porque, justamente segundos antes, el propio Rajoy se había referido a las palabras de testigos durante la sesión de la mañana, en la que precisamente ha participado Soraya Sáenz de Santamaría.
“Yo leo periódicos. Leo periódicos digitales”, ha contestado, capeando la pregunta.
Muy explícito ha sido también el exmandatario popular al contestar a la pregunta de si fue consciente del acoso a algún alcalde en Cataluña durante el procés.
“Muchos alcaldes socialistas, según tuvimos oportunidad de leer. Decir que no hubo ningún acoso ni ninguna crítica contra ningún alcalde es, con perdón, estar ciego”, ha subrayado.
Otro momento reseñable en el juicio del procés se ha producido cuando Jordi Pina le ha preguntado por si Íñigo Urkullu, lehendakari vasco, intentó intermediar o mediar entre la Generalitat y él.
“En aquella época, como he dejado caer en una de las respuestas a otra pregunta, había muchas personas que quisieron hablar conmigo y hablaron, y supongo que habrán querido hablar con otros. A todos les dejé claro que no negocio ni el cumplimiento de la ley, ni la Constitución española ni la soberanía nacional”, ha contestado, motivando que el abogado de los independentistas Rull, Turull y Sánchez volviese a reformular la pregunta, interesándose, específicamente, en si mantuvo un encuentro personalmente con Urkullu.
“Yo atiendo a todo el mundo”, ha reiterado, limitándose a justificar, –sin satisfacer sus pretensiones–, que “es muy difícil recordar si fue por teléfono o personalmente… porque ha pasado mucho tiempo. Pero todo el mundo sabe que el Gobierno no negoció esto”
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