Sin perdón. El Rey Felipe VI levantó un muro con los independentistas el día 3 de octubre en un discurso que se compara ya con el pronunciado por su padre el día 23F. La realidad es que desde entonces, el enconamiento con su figura en Cataluña no ha parado de crecer. Fotos quemadas, pequeños escraches, desplantes institucionales se han sucedido. No es grato el Rey en Girona, aunque desde la Casa Real se toma todo con paciencia.
El mensaje del Rey tuvo un destinatario especial esta vez: los jóvenes. Y una palabra fue clave: convivencia, justo lo que se ha perdido en Cataluña aunque Torra lo niega y lo que cree que falta en España son la democracia y la justicia. Palabras mayores, pese a que él sigue siendo president de la Generalitat.
Aprovechando las circunstancias Torra ha negado otra vez que vaya a aprobar los presupuestos de Sánchez y ha anunciado que el entregó una serie de puntos para cumplir en Pedralbes. Veremos. Lo cierto es que por ahora los socios de Gobierno siguen apretando al presidente. El resto de socios, con Podemos a la cabeza ha valorado positivamente el discurso en el que ven una rectificación del pronunciado el 3 de octubre. Pese a todo no creen que la Monarquía tenga ya credibilidad para hablar de feminismo, corrupción y de igualdad, y consideran que estamos ante una campaña vistas las encuestas de aceptación de la institución.
El Gobierno también arrima el ascua a su sardina y cree que el mensaje del Monarca está cerca de las posiciones del Ejecutivo: convivencia, diálogo y políticas sociales. Lo ha hecho también Rivera y Casado, que creen que el discurso afianza su apuesta por defender la Constitución y defender la ley.