El independentismo ha vuelto a echarse a las calles para conmemorar el 1 de octubre de 2017. En este segundo aniversario, miles de personas se han movilizado por distintos puntos de Cataluña para defender el derecho a la autodeterminación, reclamar la república catalana y pedir la libertad de los líderes políticos catalanes encarcelados, quienes aguardan a la sentencia del procés.
Dos años después del referéndum ilegal, el independentismo insiste en su desafío al Estado. Recordando el 1-O de 2017 como “una jornada fundacional del republicanismo”, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, ha recalcado su voluntad de “avanzar sin excusas para que la republica catalana sea una realidad"; palabras en sintonía con las pronunciadas desde Bruselas por su predecesor, Carles Puigdemont, quien ha defendido además impulsar una ‘Asamblea de Cargos Electos’ tras la sentencia del procés para dirigir “una nueva fase” del desafío soberanista. Porque, efectivamente, el independentismo se prepara para un nuevo asalto. Todas las miradas están puestas en el fallo que se espera que el Supremo pronuncie a mediados de este mes, y la respuesta del bloque separatista, anunciada a través de un manifiesto compartido por los partidos independentistas, miembros de la sociedad civil y las entidades ANC y Ómnium es la “desobediencia civil”. Una “respuesta masiva desde la lucha no violenta”, tal como ha recalcado también Puigdemont:
"La mejor respuesta es la que incomode al Estado y al Estado no le incomoda la violencia", ha dicho.
En este contexto, el segundo aniversario del 1-O se ha manifestado como el preludio de la reacción del independentismo a la sentencia del procés, la cual está llamada a disparar los ánimos independentistas afanados en defender la libertad de los denominados “presos políticos” y la autodeterminación.
Durante la jornada, han sido los CDR, –que ya venían copando las portadas de todos los rotativos desde que detuviesen a nueve de sus miembros y enviasen a siete de ellos a prisión por presuntos delitos de terrorismo, tenencia ilícita de explosivos y conspiración para cometer estragos–, los primeros en amenazar con provocar incidentes:
"Nacimos para defender un referéndum. Crecimos para defender una república. Seremos quien hará temblar al enemigo. Y ganaremos, no tenga ninguna duda. ¡Viva la tierra libre!", habían comunicado en Twitter, y su batalla la intentaron llevar al cuartel de la Guardia Civil en Gerona, donde finalmente fueron repelidos por los Mossos D’Esquadra. Los agentes hicieron frente a las provocaciones de los radicales, al lanzamiento de huevos y el destrozo de contenedores, entre otros incidentes. Carreras, tensión y algún identificado frente a la subdelegación del Gobierno daban paso a una jornada en la que los incidentes han quedado simplemente ahí.
Bajo el lema ‘Lo hicimos y ganamos’, 18.000 personas, según cifras de la Guardia de Barcelona, han llenado las calles de la Ciudad Condal rememorando la jornada del 1 de octubre de hace dos años.
Espoleados por un independentismo que frente a la división en el panorama político ha querido mostrar hoy unidad, y convocados por la ANC, los manifestantes han iniciado la marcha en la Plaza de Cataluña, recorriendo algunas de las vías más importantes de la ciudad hasta llegar a uno de los colegios simbólicos del 1-O.
‘¡Ni olvido ni perdón!’, ‘Libertad presos políticos’ o ‘Fuera las fuerzas de ocupación’ han sido algunas de las consignas y los mensajes que se podían leer en las pancartas de los manifestantes.
Del mismo modo, numerosas personas se han desplazado también frente a la prisión de Lledoners, donde permanecen los líderes independentistas encarcelados, en el marco de la denominada ‘Marxa de Torxes de Lledoners’ (Marcha de las antorchas de Lledoners). Cuatro columnas con antorchas led de diferentes colores han salido de Santpedor, de Sant Joan de Vilatorrada, de Pineda de Bages y del santuario de Joncadella rumbo al lugar, donde todos los asistentes han clamado por la libertad de los presos.