Fue uno de los elementos más criticados del texto del 21D entre el Gobierno y la Generalitat. Tal vez por no ofender al nacionalismo catalán, sus socios de Gobierno, Pedro Sánchez asumió la exigencia de Torra y la palabra "Constitución" desapareció del comunicado conjunto. En lugar de ello se habló de seguridad jurídica. En su discurso de Navidad el Rey sí ha pronunciado esa palabra (se recoge dos veces en el texto). Y ha puesto en solfa a aquellos que desde el resentimiento y el rencor fomentan la división.
Ha dejado claro el Rey que ese no es un buen legado para los jóvenes de hoy que ya se enfrentar a retos demasiado grandes como enfrentarse a la nueva realidad tecnológica que les obliga a formarse más que nunca, pese a que muchas veces deben salir fuera a buscar su porvenir o encuentran trabajos por debajo de sus capacidades. El discurso del Rey ha puesto el foco en su porvenir, pero también en el pasado. En esos políticos de antaño que sí supieron poner fin a sus diferencias y nos dieron un marco de convivencia que ha logrado la mayor etapa de prosperidad de nuestra historia.
Un legado que, según el Rey puede estar en riesgo si no protegemos nuestra convivencia dentro del marco de la legalidad. "Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades", incide el Rey que lanza un reto para todos los políticos de hoy. "La convivencia —que siempre es frágil, no lo olvidemos— es el mayor patrimonio que tenemos los españoles. La obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes; y, por ello, debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla; y hacerlo con responsabilidad y convicción".