Quinta noche consecutiva de disturbios en Barcelona. Ha sido la más grabe de todas. Esta vez, el objetivo de los violentos: la policía. Los servicios médicos atendieron a 152 personas en la capital catalana, 50 tuvieron que ser trasladados a hospitales. Entre ellos, un policía nacional que se desplomó en primera línea de fuego tras ser alcanzado en la cabeza por un objeto. Se encuentra grave con una fisura en el cráneo y una vértebra rota.
Los manifestantes se emplearon anoche con especial dureza. En sus tácticas se sirvieron de todo tipo de enseres de mobiliario urbano para atacar a los agentes, que ya desde la tarde defendían la sede en vía Laitena de la Jefatura de Policía Nacional. También, según fuentes policiales, se usaron bolas de acero, cócteles molotov y botellas con ácido. Avanzada la noche, el epicentro de los enfrentamientos fue la plaza de Urquinaona y alrededores, en pleno centro de Barcelona.
Una vez más, los violentos levantaron barricadas con contenedores a los que prendían fuego, poniendo en riesgo a los vecinos de las viviendas más próximas. Hubo también episodios de pillaje en tiendas de la zona, de las que se llevaron, por ejemplo, televisores. Fue tal la violencia desatada que por primera vez, los Mossos usaron su camión hidrante, conocido como La Ballena, para dispersar las protestas y apagar los fuegos con su potente chorro de agua a presión.
En total se registraron 22 detenciones en los disturbios de Barcelona, entre ellas, la de este fotógrafo del diario 'El País'. Fue puesto en libertad de madrugada.