En concreto, estos fenómenos son citados como un problema en el 40 por ciento de los cuestionarios, duplicando sus cifras de los últimos meses y superando así su máximo histórico del 33,5 por ciento registrado en enero de 1995 al hilo de los casos de corrupción surgidos bajo mandato de Felipe González.
De este modo, el binomio corrupción-fraude desbanca del segundo lugar de la lista de inquietudes nacionales a los problemas económicos, que estaban anclados en esa posición desde 2008 y que ahora caen al tercer puesto. Como consecuencia de esta bajada, los políticos, que eran el tercer problema desde febrero de 2010, figuran ahora los cuartos en el ranking. El paro sigue en la cúspide de las preocupaciones de los españoles.
El estudio, hecho público este miércoles y que tiene un margen de error de más/menos 2 por ciento, se basa en 2.472 entrevistas personales y domiciliarias realizadas en 238 municipios de 46 provincias. El trabajo de campo se hizo entre los días 4 y 12 de febrero, en pleno apogeo de las noticias sobre la investigación al extesorero del PP Luis Bárcenas, la reacción de la dirección del PP ante el supuesto pago de sobresueldos irregulares en el partido, y la implicación en la trama 'Gürtel' del exmarido de la ministra de Sanidad, Ana Mato.
Un 2,4% hace solo un año
En comparación con el barómetro de enero, elaborado antes del estallido del 'Caso Bárcenas', la inquietud por la corrupción se ha más que duplicado, al pasar del 17,7 por ciento de menciones al 40 por ciento en tan solo un mes. Ya entre noviembre y diciembre de 2012, la preocupación generada por este fenómeno se duplicó, al subir del 9,5 al 17,2 por ciento. Hace un año ya figuraba como cuarto problema con un 12,3 por ciento, mientras que en enero de 2011 sólo era mencionada como un problema en el 2,4 por ciento de las entrevistas.
En febrero el paro fue citado como un problema en ocho de cada diez encuestas, un punto menos que en el mes anterior. Los problemas económicos, ahora en el tercer puesto, caen tres puntos, anotándose un 35,4 por ciento, y la clase política, que baja del tercer al cuarto lugar se queda con un 29,7 por ciento, frente al 30,3 de enero.
Sanidad, educación y bancos
A partir de ahí no hay variaciones en el ranking. La sanidad repite como quinto problema, aunque baja dos puntos, hasta el 10,5 por ciento. El sexto sigue siendo para la educación, con un 7,8 por ciento, dos puntos más que en enero, subida que coincide con la última huelga convocada por los estudiantes en favor de la educación pública y en el séptimo, con un 5 por ciento, figuran los bancos.
La lista de problemas que más afectan personalmente a los encuestados también tiene al paro en la cima, mencionado como tal en la mitad de los cuestionarios, y le siguen los problemas económicos (34%).
También en esta relación se percibe una subida de la inquietud por la corrupción incluso a nivel personal ya que ésta, junto con el fraude, irrumpe en el tercer puesto, con el 11,4 por ciento, frente al 4,6 que se anotó en el barómetro anterior. El cuarto lugar es para la sanidad (11%) y el quinto para los políticos (10,1%), el sexto para la educación (8%) y el séptimo para los recortes en general (7,2%).
La percepción de la situación económica, bajo mínimos
El barómetro de febrero también pone de manifiesto que ha empeorado tanto la percepción de la situación política como la de la política y que ambos porcentajes han marcado nuevos récords.
En concreto en un mes ha crecido casi en ocho puntos el porcentaje de quienes la definen como "mala" o "muy mala" la situación política, al pasar del 77,4 de enero al 85,7 por ciento de febrero. Sólo el 1,4 por ciento considera que es "buena" o "muy buena". Asimismo aumentan hasta llegar al 56 por ciento los que creen que el mundo de la política está ahora peor que hace un año e igualmente suben, aunque en menor medida, quienes auguran que seguirá empeorando en los próximos doces meses (38%).
Algo parecido sucede cuando se pregunta a los encuestados sobre la coyuntura económica. Si enero los que la juzgaban como "mala o muy mala" eran el 90,8 por ciento, en febrero llegaron al 92,3 por ciento. En el otro extremo un 0,7 cree que es "buena" o "muy buena". Además casi el 70 por ciento dice que ha empeorado en el último año y cuatro de cada diez pronostican que irá a peor en los siguientes doce meses.