El horizonte de la legislatura está pendiente de la aprobación de las cuentas. Con Sánchez, de oyente, la ministra de Hacienda presenta sus números, volcada en un agónico intento por conseguir el apoyo de los independentistas. Lo ha hecho por las buenas y por las menos buenas. Ellos, no ceden, o al menos no lo dejan ver, de momento. Aún hay tiempo, eso sí cada vez menos.