Un total de 5,6 millones de catalanes están llamados a votar para lo que probablemente será el Parlament más fragmentado de la historia. Pero, además de este insólito hecho, los comicios están marcados por la pandemia, lo que ha condiionado también el lugar donde se han instalado las urnas.
Los ciudadanos catalanes han podido votar donde compra la fruta como el mercado de Sants o donde se meten goles, el Camp Nou. En total, se han habilitado 10 mercados y 23 polideportivos para estas elecciones, además de los casi 2700 colegios electorales.
En totos estos sitios se debe manter la distancia y tienen que estar ventilados, entre otras estrictas medidas de seguridad que tienen que cumplir los votantes y los miembros de las mesas. Además, se vota con la recomendación de hacerlo en tres franjas horarias que dependen de la situación sanitaria de cada uno.
Así, entre gel y mascarillas, los votantes han esperado entre 20 y 40 minutos colas muy distantes a las puertas de los centros electorales. En cualquier caso, algunos, seguramente, lo hacen con gusto porque la jornada deja imágenes históricas. Lo mejor: ser del Barcelona y presidente de mesa en el Camp Nou. "Es algo histórico", expresa uno de sus socios.
En cuanto a la participación, se ha registrado a las 12 horas, un 22,77%, lo que supone 11,9 puntos menos que en el primer avance de participación de las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017, cuando a la misma hora había votado el 34,69% del censo.
La Generalitat lo achaca al contexto de pandemia, a las franjas horarias y al incremento de voto por correo; mientras que mayores como Pere, les animan: "Tengo 104 años y no quería dejar de votar"