Un micrófono de la UCO captó lo que iba diciendo Ana Julia minutos antes de ser detenida. Y es demoledor. Hasta para ella misma, que se había construido entre llantos una imagen de sufridora. Si había matado a Gabriel había sido un error, porque le tapó la nariz y la boca para que no la insultara, para que no la dijera fea, para que no la pidiera que dejara a su padre para que este volviera con mamá.
Siempre entre llantos Ana Julia lamentaba haberle quitado "¿Dónde lo puedo llevar yo?", se escucha a la asesina confesa, que continúa con palabras insultantes hacia el pequeño: "¿No quieren un pez? Les voy a hacer un pez... mis cojones". Al principio Ana Julia no quiere reconocer lo que está oyendo. Que es ella la que habla así de un pequeño al que ha asesinado. Pero segundos después solo puede pedir que paren porque lo que escucha es "demasiado cruel". Y el llanto, el derrumbe al contemplar su verdadera realidad.
Los últimos vídeos sobre la declaración de Ana Julia han dejado claro que esta sirvió para mostrar el verdadero yo ante el espejo gracias a las grabaciones efectuadas por la policía. Ana no sabía de su existencia, pero su defensa caía como castillo de naipes. Esa imagen llorando por haberle arrebatado a su novio lo más grande de su vida, esos pucheros que indicaban que había matado a Gabriel sin querer, solo para hacerla callar, para no escuchar lo que pensaba sobre ella se diluyeron en un instante.