En declaraciones a los medios, la presidenta de Òmnium Cultural y una de las portavoces de Somescola, Muriel Casals, ha defendido que la inmersión es un modelo que funciona, y ha afirmado que "no son los jueces los que tienen que decidir el porcentaje de las lenguas", tras los últimos autos que dan respuesta a los recursos de cinco familias y que ya han sido recurridos por la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat.
Casals ha lamentado que se utiliza el poder judicial como una tercera cámara para tomar decisiones que deben ser sólo pedagógicas, y ha pedido a la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, "firmeza" para defender el modelo de escuela catalana y protección para los cinco directores afectados por las resoluciones del TSJC.
Los concentrados han desplegado una gran pancarta verde con el lema 'Para un país de todos, la escuela en catalán', que han acompañado de 'estelades' y gritos de 'independencia', mientras representantes de las 36 entidades de Somescola han leído un manifiesto que critica que la intención del TSJC es "politizar el sistema educativo para conseguir con la vía judicial los objetivos centralizadores que persiguen".
Tras la lectura del manifiesto, que ha presentado y cerrado el escritor Màrius Serra en un escenario instalado ante el Palau de Justicia, los congregados han ido abandonando el lugar progresivamente, y a las 19.25 horas ya sólo quedaban algunas decenas de personas disipadas en grupos.
Serra, que ha abierto la protesta, ha afirmando que la inmersión supone "30 años de historia de un proyecto pedagógico de éxito", y ha recordado que el TSJC está justo al lado del colegio Pere Vila --nacido en 1931--, uno de los primeros en tirar adelante el modelo de escuela catalana, ahora en peligro.
"No encontrarán ningún monolingüe que sea catalanohablante", ha manifestado Serra, que ha acabado su discurso con el ya tradicional juego de palabras 'català al atac' (catalán al ataque), lo que ha deplorado tener que volver a utilizar esta vez por decisiones judiciales.
Manifiesto
El manifiesto sostiene que los jueces "no pueden ni deben decidir cuál debe ser el modelo educativo" de Cataluña, ya que no pueden pasar por encima de criterios y normativas construidas durante 30 años y avaladas socialmente, y por la legislación del Parlament, por lo que han considerado que los autos son un paso más en la escalada judicial contra la inmersión.
Ante el que han calificado de "mayor ataque hacia la escuela desde la Transición", han pedido firmeza a Enseñanza en la defensa del modelo de escuela propio, y dar todo el apoyo posible a los cinco directores amenazados por los jueces, que deben saber que tienen al Govern y a los catalanes detrás.
Una vez más, han reivindicado que no quieren segregar a los alumnos por razón de lengua, puesto que la inmersión permite que al acabar la escolarización obligatoria los estudiantes sean "competentes en catalán, castellano e inglés".
Además de portavoces de los sindicatos y de entidades del sistema educativo, han acudido a la protesta representantes de CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y CUP, y la concentración ha transcurrido de forma pacífica, con poca presencia policial y sin cortes de tráfico.