Aunque la buena noticia es que hay una estabilización en la curva epidémica, la mala es que continua habiendo muertes como esta. Una mujer que estaba embarazada, padecía COVID y otras patologías previas y que ha sido intervenida de urgencia para hacerle una cesárea, ha muerto en el hospital de Materno Infantil de A Coruña. El niño que albergaba también ha nacido sin vida y la mujer tenía otro hijo de 4 años.