La OCU desvela en su página web en qué consisten y qué son las tarjetas revolving, que pueden llegar a ser para los menos informados todo un dolor de cabeza. Hablamos de las tarjetas de crédito que presentan la peculiaridad de que solo tienen la opción de pago aplazado, es decir, todas las compras que se paguen usando una de ellas se aplazarán con sus correspondientes intereses, obligando al usuario a estar permanentemente endeudado sin necesidad. Las tarjetas revolving suelen ofrecer distintas opciones de pago:
Las entidades promocionan este tipo de tarjetas, para hacerlas cada vez más atractivas. Hay dos condiciones que atraen a sus usuarios, no cobran comisiones de emisión ni de renovación anual y establecen incentivos para su uso, como la devolución de un porcentaje de las compras pagadas ella (a veces hasta más del 5%).
Por otro lado, la normativa no obliga a las entidades a advertir sobre el crecimiento de la deuda pendiente o sobre los problemas que supone fijar una cuota muy pequeña. El resultado es que muchos usuarios pueden encontrarse, sin darse cuenta, en una espiral de deuda permanente.
El Banco de España indica que una buena práctica financiera consistiría en que, para los casos en los que la amortización del principal se vaya a realizar en un plazo muy largo, la entidad financiera facilitara de manera periódica información sobre cuánto tiempo se tardaría en terminar de pagar la deuda pendiente pagando la cuota fijada si se dejara de utilizar la tarjeta, cuál debería ser el importe de la cuota mensual que permitiera liquidar la deuda pendiente en el plazo de un año o ejemplos sobre el posible ahorro de intereses que representaría aumentar el importe de la cuota. Sin embargo son simples recomendaciones, las entidades no están obligadas a seguirlas y, de hecho, no nos consta que ofrezcan esta información a sus clientes.
El consejo desde la OCU es claro. Mejor evitarlas. En general, usar el pago aplazado es una opción que normalmente sale muy cara, con TAEs que en la mayoría de casos superan el 20%, por tanto, no es una opción recomendable. No obstante si se quiere appostar por ellas es bueno seguir una serie de consejos. La mejor opción (si tu tarjeta lo permite) es aplazar solo la compra que desees. Si no existe la posibilidad de aplazar una sola compra, usa la tarjeta solo para pagar la compra que quieras aplazar y no hagas más pagos con ella hasta que pueda volver a cambiar la forma de pago a fin de mes sin intereses. Si tienes pagos aplazados con tarjeta, en cuanto dispongas de liquidez, cancela anticipadamente la deuda pendiente.
Y si alguna tarjeta de pago aplazado te ofrece condiciones interesantes y quieres usarla, hazlo solo para pagar las compras que desees aplazar, pagando el resto de gastos con la tarjeta de crédito normal de pago a fin de mes sin intereses. Así evitarás caer en una espiral de pagos.