“Este proceso se tiene que dotar de transparencia porque si no se puede dar una impresión que es falsa”. José María Roldán, presidente de la patronal bancaria AEB cree que es necesario que se conozcan más detalles sobre qué pasó con el Banco Popular. “Hablamos de una situación compleja, que no es puntual, sino que viene de largo y que cada vez era más complicada”, ha comentado durante su participación en un seminario organizado por la APIE y el BBVA en la Universidad Menéndez Pelayo.
En opinión de Roldán, de las cuatro opciones posibles después de que el BCE declarara que la entidad estaba a punto de caer, se escogió “la mejor para los clientes y quizá para los acreedores. Se subastó a un banco español que estabilizó la situación en 24 horas”.
Una opinión con la que coinciden en Bankia, que se planteó comprar el Popular inicialmente pero que se retiró porque se dio cuenta de que “era demasiado grande” para ellos.
Pero independientemente de que fuera la mejor de las soluciones posibles, en el sector opinan que habría de ser más transparentes ahora. “Es necesario dotar de transparencia a todos los procesos de resolución y eso es algo que tenemos que aprender. Esa transparencia, los informes de los asesores, es necesario que se dé”, ha opinado Roldán.
A la espera de saber si se harán públicos los entresijos y los informes al respecto estas son algunas de las cuestiones por resolver.
¿Liquidez o insolvencia?
¿El banco Popular cayó por una crisis de liquidez o de solvencia? La primera opción sería un problema puntual, la segunda, un problema que viene de largo. El ministro de economía, Luis de Guindos se inclina la versión de la liquidez. “La resolución del Popular no es consecuencia de la falta de solvencia sino de la retirada de depósitos”, aseguro el martes en Santander.
Aristóbulo de Juan, ex director general del Banco de España, no está acuerdo: era una cuestión de insolvencia. En su opinión los problemas del Banco Popular arrancan con la mayor quiebra de la historia: la de la constructora Martinsa Fadesa en 2008. “No se aborda la insolvencia hasta que no se quedan sin liquidez y está en los periódicos.” Esta versión pone en entredicho el papel de los supervisores.
¿Solo un euro?
Otra cuestión a aclarar es el precio: por un solo euro lo compró el Santander. ¿Por qué no se tuvieron en cuenta todos los impuestos (créditos fiscales) que se va a poder deducir el Santander en el futuro gracias a esta compra? ¿Por qué se hizo pagar además de a los accionistas a los bonistas del Popular? ¿Quién hizo la valoración de los activos del Popular y con qué criterio? Son preguntas para las que nadie ha dado una versión oficial.
La salida de depósitos y el desliz de Fráncfort
Según la versión de los hechos del ministro de Economía, los clientes, grandes y pequeños, sacaron su dinero del Popular porque las noticias sobre las caídas en bolsa de la entidad eran continuas.
Esos descensos se precipitaron después de un desliz en Fráncfort. El 31 de mayo, una semana antes de caer, se filtró que la Junta Única de Resolución Bancaria (los que toman la decisión final sobre qué hacer con entidades en problemas) había dicho que si el Popular no encontraba un comprador se iba a tener que liquidar. “Fue una torpeza fruto de la inexperiencia de los organismos de Fráncfort”, según el ex director general del Banco de España. Hasta ese día 31 de mayo, la acción acumulaba una caída anual del 27%, pero en los cinco días siguientes hasta su intervención, los títulos del Popular perdieron un 50%.