El gobierno alerta de posible publicidad engañosa en inversiones que se venden como renta fija ligados a proyectos de energías verdes. "Me preocupa que el sector energético se venda como un producto financiero", ha declarado Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital. El gancho de estos productos es que ofrecen una rentabilidad de hasta el 7,5% durante 30 años. ¿Quién no querría ganarle eso a sus ahorros en este contexto de tipos de interés tan bajos?
Sin embargo, estos supuestos bonos no tienen la rentabilidad garantizada y además los inversores se arriesgan a perder todo su dinero, ha alertado Nadal durante la inauguración del seminario en Santander organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y patrocinado por el BBVA. "No es una inversión adecuada para pequeños inversores sino para gente que conozca bien la regulación. Hemos detectado estas ofertas en los últimos días y estamos viendo qué se puede hacer, pero quien tiene la potestad de ver si se vende como un producto financiero algo que no lo es competencia del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores".
El pasado viernes el gobierno anunció una nueva subasta de renovables de 3.000 megavatios para finales de julio. Son precisamente algunas de estas empresas supuestamente interesadas en acudir a esta subasta las que están ofertando estos productos a los pequeños ahorradores. "Estas inversiones están sujetas a una regulación muy compleja que puede hacer variar la retribución en el tiempo", ha insistido Nadal.
El ministro ha señalado que una de las razones de la "burbuja" en las renovables del pasado es precisamente que se vendieron las energías verdes como un producto financiero. Para Nadal "las decisiones que se tomaron en el pasado" son la principal razón de por qué la energía en España es comparativamente más cara que la media Europea; suponen hoy en día pagar elevadas primas por la generación de kilowatios libres de CO2. Y por eso el gobierno del PP defiende el uso de la energía nuclear. "Queremos que de aquí a 2030 siga la nuclear. Y si no sigue, nuestra estimación es una subida del 25% del coste de la electricidad".