A Bruselas no le gustan los planes de Sánchez, aunque les parezcan peores los de Italia. Conscientes de que el Gobierno no va a limpiar sus zapatos con sus recomendaciones y se va a cuidar mucho de presentar realmente unos presupuestos de mentira, los avisos se suceden con la esperanza de que no caigan en saco roto. A Bruselas no le gustan los números de Sánchez, en especial, que los ingresos estén por debajo de lo previsto por el Gobierno.
Tampoco miran con buenos ojos los nuevos impuestos: el gravamen a las transacciones financieras y el impuesto a las multinacionales digitales. Bruselas también reduce levemente la recaudación que espera el Ejecutivo por la subida del salario mínimo interprofesional y los efectos de las nuevas medidas de lucha contra el fraude.
El FMI por su parte destaca que la recuperación de la economía española está entrando en una fase de "madurez" en la que nuevos riesgos nublan las perspectivas a medio plazo, que ha recortado su pronóstico de crecimiento para este año al 2,5%, frente al 2,7% que contemplaba en octubre, mientras que ha revisado al alza sus proyecciones de déficit y deuda pública.
"Las difíciles reformas estructurales que España acometió en respuesta a la crisis financiera global continúan dando fruto, pero la recuperación económica está madurando y nuevos riesgos nublan las perspectivas a medio plazo", señala el FMI en las conclusiones sobre su análisis anual de la economía de España. La petición es clara.
"La extensión del presupuesto de 2018 o un escenario sin cambios de políticas no permitiría alcanzar los objetivos de déficit", advierte el FMI, que prevé que si el Gobierno no contase con la mayoría parlamentaria suficiente para sacar adelante sus cuentas de 2019 y tuviera que prorrogar las actuales el desequilibrio negativo se situaría en el entorno del 2%, que sin cambios en las políticas alcanzaría un déficit del 2,4% del PIB.
Europa pone deberes a Sánchez: reduzca la deuda, garantice las pensiones y no toque la reforma laboral. Sí consideran que el SMI puede estimular la economía aunque no tanto como espera el gobierno. Deberes, muchos deberes en una época en la que en el Congreso solo hay insultos.