La buena intención nos ha llevado, en muchas ocasiones, a destrozar obras de arte. Todos conocemos el famoso caso del Ecce Homo. Ahora la historia se repite: la ermita de Alcoy ha sido pintada por un artista que no pudo resistirse, según dice, a "la inspiración".
Se trata de la Ermita de San Cristóbal. La intervención de forma voluntaria no autorizada por parte del artista ha causado una enorme polémica. El ayuntamiento de Alcoy le había prohibido realizar cualquier pintura sobre ella por ser un bien protegido.
'Cuatro al día' ha hablado con el autor de la obra, Jesús Cees. El artista no teme en absoluto la posible sanción que puede recibir: "Este verano me atrevo a terminar el techo y acabarlo cien por cien". Nos cuenta que las opiniones son dispares, pero él está orgulloso de su trabajo: "Lo he integrado todo bastante bien: es la fuerza del color, mucha naturaleza, animales, temas religiosos... Lo he hecho con todo el respeto".
Además, hemos salido a la calle para preguntar a los ciudadanos sobre ello: "Es una barbaridad". Otros, directamente, se quedaban sin palabras. "Si no tenía permiso me parece fatal", "No me parece muy bien", decían los vecinos.