La idea fue de un abogado, que facilita uno de los trámites más complejos para una pareja: el divorcio. Por 150 euros por persona, aseguran la actividad solo si es de mutuo acuerdo. Alejandro Rodríguez, el creador de la divorcioneta, afirma que la idea ha salvado a muchas personas: "la libertad no tiene precio".
La furgoneta va por los barrios de Madrid anunciando los servicios. Gracias a ella, personas como Marcos, un vecino de la localidad, han podido realizar un divorcio en condiciones, en vez de estirar una situación a veces desagradable.