Los madrileños llevan confinados en sus casas desde el pasado 14 de marzo y, en tan solo tres semanas de confinamiento, la contaminación se ha reducido a niveles históricos. La mítica boina gris que siempre se veía sobre la ciudad (y se apreciaba desde lejos) ha desaparecido hasta el punto de que, desde el centro, pueden verse perfectamente las montañas de la sierra.
En la capital, los niveles contaminantes se han reducido un 56% y, dentro del radio de la m-30, dicha reducción supera el 70%. En toda España, y en la cuarta semana del estado de alarma, la contaminación general ha bajado un 55%.