El cineasta Martin Scorsese empezó a interesarse por el séptimo arte en su infancia, aprovechando las poco más de dos horas de espera hasta que sus padres regresaban del trabajo todas las tardes. Y lo hizo con grandes clásicos de los años 40 y 50, donde la potencia de las imágenes era "clave". Entre sus referentes destaca 'La ley del silencio'(1954) de Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando, con la que descubrió cómo el cine podía ofrecer personajes intensos y próximos a la gente con la que él estaba creciendo en Nueva York.
John Ford y Orson Welles y su manera de diseñar con la cámara "de otro modo", fueron también esenciales para sentar las bases de la aclamada y dilatada trayectoria del galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018.
Scorsese, que ha participado en un coloquio junto al director español Rodrigo Cortés y jóvenes cineastas en la antigua fábrica de Armas de La Vega, ante la presencia de la reina Letizia, ha remarcado que la sala de montaje evoca "la tranquilidad" de esas horas vespertinas de su infancia, al tiempo que ha resaltado la influencia que la música contemporánea ha tenido en su filmografía.
Un joven cineasta, editor, se interesó por su opinión sobre la libertad que deben tener los técnicos para dar forma a la obra. "Confianza, esa es la palabra adecuada", le respondió Scorsese, que apuesta por un diálogo fluido y sin 'egos' entre los miembros del equipo.
Otro de los asistentes preguntó sobre el futuro de las salas con la incursión de nuevas plataformas de contenidos online. "Siempre habrá gente que quiera ir al restaurante y habrá gente que quiera tener esa experiencia en las salas", apuntó Scorsese, quien advierte de que el cine "está cambiando" y puede llegar a desaparecer la concepción que se ha tenido de este arte en los últimos 100 años. "Quizá ese tipo de cine solo tenía ese ciclo de vida, pero la experiencia del público no va a desaparecer", ha reflexionado.
La reina Letizia, reconocida aficionada al cine, ha sido testigo del evento cultural mientras el Rey Felipe VI recibía en audiencia al patronato de la Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria en el Principado de Asturias (Finba) en el Hotel de la Reconquista.