Antes del encierro la Policía Foral revisa que todo el mundo cumpla la normativa y echan del recorrido a todo aquel que vaya bebido, porte mochilas o cámaras para grabar la carrera. Aún así, es imposible controlar a todos los imprudentes entre las miles de personas que corren el encierro cada día en Pamplona.
El quinto encierro se ha caracterizado por la limpieza y por la ausencia de corneados, lo que muchas veces parece un milagro. Y más teniendo en cuenta la actitud imprudente de algunos corredores como el de la imagen, que ha sido 'cazado' haciéndose un selfie delante de los astados en el último tramo del recorrido.
Esta actitud imprudente, que además pone en riesgo al resto de los corredores, puede costarle una multa de 650 euros.